¡Hola bombones! ¿Qué tal va vuestra semana? La mía bonita. El mes de octubre se me está pasando bastante rápido y mamma mia, ya va faltando menos para los grandes cambios. En unas pocas semanas pondremos rumbo a nuestra Málaga para poder organizar todo desde allí y descansar antes de que empiece la fiesta y, aunque ya ha empezado mi momento favorito del año en Madrid, ya voy teniendo ganas de volar al sur y empezar a construir nuestro nido…
Si Aquilino espera un poco y todo va como tenemos en nuestras cabezas, nacerá en Málaga en un hospital público, me preguntáis mucho por esto. Todavía no he hecho ninguna clase de preparación al parto porque me aconsejaron no hacerlas por el tema de las contracciones pero he visto tantos vídeos en YouTube sobre el tema que creo que no las necesitaré… ¿o sí?
Pese a llevar algunas semanas de más o menos reposo y que esta barriguita mía ya empiece a notarse a todos los niveles, está casi todo el tiempo dura como una piedra y yo tengo ganas de hacer pis en cuanto me pongo de pie; estoy disfrutando muchísimo de cada pasito. ¿Quién diría que podría ser algo tan maravilloso sentir que un ser te estire los músculos abdominales desde tu interior?
El fin de semana pasado estuvieron aquí mis padres y se llevaron algunas de las cosas que habíamos organizado. Me da hasta pena abrir los cajones y verlos vacíos… Qué ilusión hace todo. Qué ganas tengo de todo lo que está por llegar y qué ganas de que todo salga bien.
De portear. De eso tengo unas ganas infinitas y su papi ni os cuento. Hace unos días nos llegó este fular de la marca boba. Había leído que eran los mejores y nos hacía ilusión tener uno de un color divertido para dar paseitos playeros de invierno con nuestro niño. Os prometo que sentí cosquillitas en el estómago mientras hacía el tonto para estas fotos tontas que hoy os enseño acompañando este texto un pelín ñoño pero lleno de ilusión…
¡Feliz miércoles y gracias por vuestro cariño!
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